En Technicolor: los colores (1. rojo)
Pasión, deseo, sangre, muerte y buena suerte, todo rojo.
¡Feliz domingo de Sublime Obsesión! Volvimos después de una serie de hechos que mantuvieron en vilo a toda la audiencia, una montaña rusa de situaciones, primero habiéndome agarrado la enfermedad on everybody's lips, dengue, y después haberme ido unos días de vacaciones a un lugar sin señal pero acá estamos, vivos y en mi casa así que listos para seguir con Sublime Obsesión.
Hoy vamos a comenzar una nueva pequeña -o gran, quién sabe- serie sobre un tema muy importante en mi vida y espero que en la vida de todes en general: los colores. Vivimos en un mundo de colores y están en todas partes, tanto es así que muchas veces creo que podemos llegar a olvidar el impacto que cada color tiene. Tal vez estoy hablando desde una perspectiva infumable de diseñador pero yo creo que nunca un color va a dar lo mismo que otro, ni siquiera un tono de un color va a dar lo mismo que otro del mismo color -inserte aquí la escena de los cinturones de El Diablo Viste A La Moda–. Desde lo puramente visual hasta lo simbólico, cada color encierra un significado. Religión, ciencia, cine, arte, diseño, no hay plano en el que el código de colores no sea un lenguaje.
Como lo dice el título la primera entrega de esta serie de Sublime Obsesión está dedicada al rojo. Hoy vamos a estar devanando algunos de los diferentes usos y significados que tiene el rojo a lo largo de diferentes disciplinas y también vamos a ver cómo muchos de esos usos y significados se entrelazan entre sí porque, no sé si se acuerdan, todo tiene que ver con todo.
¿Por qué el rojo antes que algo más universal como el blanco o el negro? Porque creo que el rojo es uno de los colores que más representa a Sublime Obsesión y que está presente de una u otra forma transversalmente a lo largo de todas las entregas. El rojo es camp, el rojo es el placer, el rojo es maximalista, el rojo es todo lo que hablamos en SO.
En la cultura china el rojo es uno de los colores principales si no el color principal. Simbólicamente para los chinos, el rojo es tanto buena energía como alegría y nuevos comienzos. Es el color de la buena suerte, del fuego. Los vestidos de novia chinos son de color rojo. En el año nuevo los comerciantes tiñen sus vidrieras de rojo para pedir prosperidad en el año que comienza así como luego cuelgan faroles rojos. Si bien estamos hablando de la cultura china, en este caso, creo que en parte la energía que le atribuyen al rojo es algo que podemos encontrar en todas las culturas.
Desde un punto meramente visual podemos decir que el rojo es llamativo. Es chillón. El rojo irrumpe y sobresale en cualquier contexto en el que se ponga. No por nada las señales de tránsito que prohíben cosas son rojas, lo mismo que la luz de los semáforos. El rojo tiene impacto. Cuando en 1939 estaban produciendo la película de El Mago de Oz, una de las decisiones claves -y para mi, acertadas- fue las de cambiar el color de los zapatos de Dorothy de plateado, como en el libro, a rojos, para que sean un punto focal importante en este nuevo mundo del technicolor. En Jezabel (1938) el personaje de Bette Davis decide ir al baile de las debutantes vestida de rojo cuando la costumbre es que todas las muchachas vayan vestidas de blanco.
Hay un caso emblemático del uso del rojo como disruptor y es en una de mis películas favoritas de Woody Allen -polémico pero separemos hombre de artista-. En Interiors (1978) Woody se quiere hacer el bergmariano y nos presenta a este matrimonio con tres hijas. En resumen, la matriarca de esta familia es la enorme Geraldine Page, una decoradora de interiores depresiva y dominante, que llenó la vida de su familia metafórica y literalmente de colores grises, cremas y negro. El marido le pide el divorcio y se vuelve a juntar con otra mujer. Esta mujer es Maureen Stapleton, que en esta película parece recién salida de Esperando La Carroza. Al momento de conocerla la vemos irrumpir -la palabra más adecuada- en este universo de represión y colores cremas vestida totalmente de rojo. La presencia que tiene el rojo en esta escena y la forma en la que quiebra a la película en dos demuestra el poder que tiene el color.
En contraposición con la felicidad y la buena suerte, podemos decir que en las culturas occidentales el rojo también representa la violencia, la agresión. El rojo es el color más agresivo. Es la sangre que brota. Es lo que pone loco a los toros. En el arte el rojo siempre fue una forma de hacer una declaración. Mark Rothko lo usó en gran parte de su obra en diferentes tonos, apilándolo y combinándolo con otros tonos del mismo rojo, con amarillos, violetas, naranjas y negros. Me parece muy interesante el uso que hace Rothko del rojo porque es un artista que siempre apuntó directamente a las emociones y a los sentimientos. Él dijo que no encontró una forma de expresarse de manera figurativa pero si lo logró a través de las abstracciones y por eso creo que su utilización del rojo es tan importante porque de esta manera puede tirar directamente a lo emocional y conectar con la persona que observa su cuadro de manera casi primitiva.





El rojo es el color del deseo, de la pasión. Los corazones son rojos, las zonas de prostitución, rojas. Yo siempre digo que el mundo era blanco y negro hasta que Powell y Pressburger inventaron el color con sus películas y el rojo como vehículo del deseo es muy importante dentro de este universo. En Black Narcissus (1947) la hermana Ruth, ya loca de deseo -loca de calentura- renuncia a sus hábitos y ante la impávida hermana Clodagh se pinta los labios de rojo en un primer plano alucinante. En The Red Shoes (1948), nos encontramos con las zapatillas de ballet del título que dentro del baile central de la película simbolizan la pasión por el baile, el deseo irrefrenable de seguir las pasiones del corazón, de no parar de bailar. Son el deseo consumado y a la vez una maldición. Y son rojas.
En In The Mood For Love (2000) los protagonistas se encuentran en la habitación de un hotel donde el deseo de esta relación platónica comienza a florecer. La habitación de este hotel es completamente roja desde las paredes hasta la cama. Incluso el pasillo por el cual deben trasladarse para llegar hasta la habitación está cercado por cortinas rojas, señalando el camino hacia el deseo.
El rojo es el color del camp. El rojo ES el camp. Rojo es el color del vestido que usa Divine en Pink Flamingos (1972). Ya dijimos antes que el rojo es atención, es deseo, es violencia y es disrruptivo y si se acuerdan de lo que hablamos varias veces en otros Sublime Obsesión como el maximalismo o el buen gusto, el rojo es lo opuesto a la modosidad del blanco, crema y grises del “buen gusto”. Hablando del color del deseo y del camp no podemos no hablar de Pedro. Ya le dedicamos un Sublime Obsesión entero pero es imposible hablar de rojo sin mencionarlo a Almodovar ya que hasta tiene un tono de rojo propio, “rojo Almodóvar” que está presente continuamente a lo largo de su filmografía, incluso alguno diría -yo- que ya hasta perdió un poco el sentido en las últimas películas, como que ya aparece porque tiene que aparecer y se está lavando un poco su significancia -alerta de polémica-.







En el diseño, al igual que en el camp, el rojo está directamente relacionado, para mi, con lo artificial. La historia de los colores siempre viene acompañada del tema de la riqueza y las divisiones económicas entre pobres y ricos, especialmente antes de la revolución industrial. A lo que me refiero con esto es que previa a la evolución de la industria química que permitió la sintetización de los pigmentos de manera artificial, los colores se obtenían de los elementos de la naturaleza. El pigmento rojo natural de primera calidad llegaba a Europa desde México y se obtenía de la trituración de la cochinilla -hoy en día la cochinilla triturada se sigue usando en cosmética y productos como el Campari- entonces es claro que un pigmento tan escaso estaba destinado solamente a las clases más altas. Si observamos cuadros del siglo XVI, XVII, vamos a observar retratos de hombres poderosos vestidos de rojo como por ejemplo duques o cardenales.





El avance de la ciencia y la tecnología de los siglos XVIII y XIX permitió la democratización del color, lo cual me parece hermoso. Ahora los pigmentos salen de los laboratorios en cantidades industriales en vez de ser el producto de la esclavitud de América y el Caribe. Esto es en cuanto a pigmentos y pinturas. Luego de las guerras mundiales todo esto es acompañado por la explosión de los plásticos que también acompañaron a la revolución del diseño porque de repente el cielo es el límite. El plástico libera la posibilidad de la forma, de repente las cosas se pueden moldear, soplar, rotar lo cual permite cubrir necesidades específicas y al mismo tiempo jugar con el diseño. Es por todo esto que digo que el rojo -en realidad el color en general- está muy relacionado con lo artificial. El rojo lo encontramos en muchísimos diseños italianos clásicos en plásticos -otro cruce con un Sublime Obsesión anterior, ¿vieron por qué le des decía que el rojo es nuestro color?- y podemos ver como esto le da el tono juguetón, camp, artificial al diseño.







En el interiorismo el rojo no es para cualquiera. Es un color al que se le tiene miedo. Por su violencia, por la capacidad de llenar un espacio, casi que no te deja respirar. En 1911 Henri Matisse pinta L'Atelier Rouge, una de las pinturas más importantes del arte moderno, una que marca sus comienzos. Muchas personas que luego visitaron su taller se sorprendieron al ver que no era rojo. El uso de rojo en el cuadro responde a la capacidad que tiene el color de llenar el espacio, de confundir frente con fondo, de disolver los límites de los objetos y los espacios. En palabras del propio Matisse “Yo no pinto literalmente una mesa sino la emoción que produce en mi”
Las películas de Ingmar Bergman me aburren un poquito, debo decirlo, perdón, fallé como amante del cine. Pero una de las películas que si me fascina es también la que tiene el mejor uso del color, del rojo. Las protagonistas de Gritos y Susurros conviven en una habitación que es roja del techo al piso. Paredes, empapelado, tapizados, todo es rojo. La interpretación de este uso de color es bastante libre ya que ni el mismo Bergman dio una respuesta clara sobre esto. Él lo definió como “rojo es el color del interior del alma” entonces se plantea como que Gritos y Susurros es un viaje al interior del alma. Esta es una película sobre el dolor, tanto físico como emocional, la muerte, la sangre. El rojo acompaña esta visión. No solamente es el rojo del espacio sino el contraste con las protagonistas vestidas de blanco y negro lo que eleva el uno al otro.
Siguiendo con el rojo en los interiores, esta vez hablando del rojo en la vida real, no en la ficción podríamos decir que el rojo es un color polarizante. Pintar una habitación de rojo es algo a lo que no muchos se atreven. Sin embargo así como es polarizante es una declaración, “este es mi espacio, lo reclamo como tal”. Una mujer que a lo largo de su vida vivió sin pedir disculpas ni dejar de decir lo que pensaba tenía una relación carnal con el rojo. Diana Vreeland vivía en una casa donde todo, del piso al techo, era rojo. No por nada era la imagen que encabezaba el Sublime Obsesión sobre el maximalismo.




Como ya saben si vienen siguiendo este newsletter, yo nunca les digo que algo está bien o está mal. Ya lo declaré en otro Sublime Obsesión (Sentido y sensibilidad: el buen gusto) -hoy estoy mega autoreferencial- que el buen gusto no existe y lo sigo sosteniendo. A lo que voy es que no dejen que nadie les diga que no pueden pintar una habitación entera de rojo si es lo que quieren hacer y creen que es lo que les va a gustar a ustedes. Si están dudando sobre qué tono de rojo quieren o si le tienen miedo a que les quede muy señal de tránsito, muy fuerte, mi recomendación es explorar las opciones de rojo que tengan un toque de azul. Obviamente no estoy hablando de los violetas sino de rojo con una gotitita de azul que les baja el tono. También se puede ir para el otro lado, un toquecito de amarillo puede ayudar a bajar el tono de rojo, llevándolo hacia los naranjas y trabajando un poco la desaturación, con un toquecito de gris puede ser una buena opción. Incluso no tooooodo tiene que ser rojo. Pueden ser detalles de empapelado, de pintura, muebles. Ir de a poquito. Vamos a navegar un poco por los archivos de revistas como House & Garden para sacar un poco de inspiración.









Esto ha sido todo por hoy. En conclusión, espero que lo que quede claro de todo esto es la importancia que tienen los colores en nuestro día a día. Los colores son una forma de comunicarnos y cada uno tiene un significado especial. Hoy arrancamos con el rojo porque representa a Sublime Obsesión y porque amo la forma en la que siempre de una u otra forma es completamente disruptivo. Espero que intenten meterle más color a la vida, en definitiva ese es el mensaje de Sublime Obsesión.
Rojamente suyo
Joel 💋
Editor en jefe de Sublime Obsesión